Conoce más sobre este proyecto

No soy decoradora ni interiorista, ni tampoco arquitecta. Me llamo Tatiana y me he dedicado a la abogacía durante los últimos 15 años. 

 Siempre he pensado que la vida laboral es (demasiado) larga como para dedicarte a una sola cosa. Soy una persona curiosa e inquieta y hacía años que quería montar mi propio negocio, pero no se me ocurría "LA" idea. 

Hasta que una mañana me di cuenta que la tenía delante de mis narices (literal). Tres de mis grandes pasiones, viajar, la decoración y los derechos humanos, aunadas en un solo proyecto.

¡Tenía que ser este el camino!

Qué te ofrezco

¿Te imaginas poder decorar tu casa con piezas únicas y exclusivas, elaboradas de forma ética por los mejores artesanos de este mundo, para aportar personalidad a tu hogar y que lo conviertan en un lugar realmente especial?

¡Así es el universo de Ethnica Deco!

Un poquito más sobre mí

Mi pasión por viajar y conocer otras culturas la heredé de mi abuela, que se recorrió varias veces el mundo (en esa época...). ¡Aún recuerdo cuando me contó que había visto las cataratas Victoria colgada de un arnés en un helicóptero! A día de hoy sigo alucinando... 

Al igual que ella, de cada uno de mis viajes me traía una pieza artesanal propia del país. Me maravillaban las artesanías, tan diferentes unas de otras, y verlas en casa me hacía sentir que tenía un pedacito de ese lugar tan especial y tan remoto conmigo.

 Siempre me han gustado las casas con personalidad, los espacios acogedores y diferentes, únicos, especiales. 

El gusto por la estética y la decoración me tienen que venir de mi madre, que tuvo una pequeña tienda durante muchos años y yo pasaba horas en ella y le acompañaba a comprar a las grandes ferias de decoración. 

 Estudié Derecho, pero al acabar la carrera no me atraían las típicas escuelas de negocio sino que elegí realizar un Máster en Derechos Humanos, ¡era lo que más me interesaba! 

Así que a mis 40 años he renacido, he comenzado de cero, me he reconvertido y ¡me siento muy bien!

Porque están hechos a mano, siguiendo técnicas en su mayoría ancestrales, transmitidas de generación en generación, permitiendo que se perpetúen las culturas y las tradiciones del ser humano. 

Te cuento una historia: las mujeres Wichí, un pueblo indígena del norte de Argentina, se van solas al monte durante varios días a recolectar las fibras de "chaguar", para después tejer en comunidad. Sus tejidos se caracterizan por sus dibujos geométricos, y durante el proceso, verbalizan en voz alta los sentimientos que les afloran esos dibujos, dando lugar a una experiencia de conexión íntima con ellas mismas. ¿No es increíble?

Porque, mediante su compra, apoyamos a estos artesanos, reunidos bajo cooperativas de integración social, fundaciones, empresas sociales, organizaciones que actúan bajo los principios del comercio justo y que les retribuyen de forma justa, permitiendo que tanto ellos como sus familias puedan prosperar. 

Nuestros proveedores sitúan a sus artesanos (90% mujeres) en el centro, invirtiendo en su formación y progreso, conectando sus productos elaborados en lugares remotos con el mercado global para asegurarles un ingreso recurrente que les permita vivir. 

Y porque todos nuestros productos se confeccionan con materiales naturales locales o materiales reciclados, mediante procesos manuales con un impacto energético mínimo. 

Creo que no hay nada más sostenible desde el punto de vista medioambiental que realizar una pieza con fibras de una planta salvaje local, que se tiñe con tintes naturales extraídos de raíces y plantas de la zona, y que se teje con las propias manos, desde casa mientras vigilas a tus hijos menores de edad.

Pero también apuesto por la economía circular y te ofrezco productos realizados con materiales reciclados, como puede ser el algodón reciclado de nuestros manteles, procedente de retales de la industria textil de Bangladesh; el vidrio reutilizado proveniente de la industria turística de Zanzíbar que da empleo a jóvenes marginados de la isla; o los productos de madera de teca realizados con las raíces de este árbol, que habitualmente se considera un producto de desecho. 

En cualquier caso, siempre busco que los productos que te ofrezco generen el mínimo impacto medioambiental y el máximo impacto social ;-)